Durante 18 días la ciudad altiplánica de Puno, a orillas del Lago Titicaca (3,870 m.s.n.m.), se convierte en la capital folclórica de América: en ella se concentran más de 200 bandas de músicos y danzantes para celebrar a la Mamacha Candelaria.
Durante los nueve primeros días los mayordomos (encargados de liderar los festejos) arreglan el templo y sufragan misas, banquetes y juegos pirotécnicos.
El día central, 2 de febrero, la Virgen es conducida por la ciudad en una colorida procesión; detrás de ella, guardando cuidadosa jerarquía, desfilan curas, acólitos, fieles, cristianos y paganos: es el momento de la presentación de conjuntos de músicos y danzantes que bailan por toda la ciudad. La fiesta está relacionada con los ciclos agrarios prehispánicos de la siembra y la cosecha, así como con la actividad minera de la región, y es producto de la mezcla entre la respetuosa alegría aymara y la gravedad ancestral quechua.
La Diablada
La danza de los diablos o diablada, supuestamente soñada por unos mineros atrapados en un socavón que en su desesperación se encomendaron a la Virgen de la Candelaria, es la principal de las comparsas folclóricas. Los danzantes hacen sus ofrendas a la tierra (Pachamama) tocando zampoñas, vestidos con disfraces muy vistosos y casi siempre enmascarados. Las máscaras más impresionantes, por su efecto terrorífico, son las de venados con largos cuernos retorcidos asociados al demonio y, también, al Jacancho dios de los minerales. En el cacharpari o despedida, las comparsas que van llenado las calles se dirigen finalmente al cementerio para rendirle culto a los muertos.
La imagen de la Virgen de la Candelaria es pequeña, y representa una virgen de tez muy blanca y mejillas sonrosadas. Esta se alberga en la Iglesia de San Juan Bautista, ubicada frente al Parque Pino en la ciudad de Puno.
Esta fiesta se celebra desde hace más de 30 años en forma ininterrumpida, convoca a muchas comunidades y grupos de danzas de toda la zona sur del Perú y delegaciones extranjeras, quienes se presentan en grandes competencias artísticas y arriban con sus propios conjuntos musicales y escenifican en bellas coreografías en desfiles por las calles y competencias de grupos de danzas en el estadio de Puno.
Para los turistas que deseen asistir como espectadores o articipantes de esta fiesta se recomienda realizar su reserva con no menos de 3 meses de anticipación, dado la gran afluencia de visitantes.