Rímac

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Lima se fundó en el valle del Rímac, en la orilla sur del río. Durante la colonia se desarrolló un centro urbano en la orilla norte, llamado «Abajo del Puente» y que hoy tiene el nombre Rímac, y es el distrito más antiguo y tradicional de la ciudad de Lima, posee hermosas construcciones coloniales.

Donde hoy se levanta el actual distrito del Rímac, existía el curacazgo de Amancaes, cuya población se dedicaba a la pesca de camarones en el río. Esta parte del valle era una zona de cruce obligatorio de norte a sur desde tiempos prehispánicos, ya que los españoles encontraron un puente de sogas de la época inca que reemplazaron por uno de madera y otro de ladrillo, hasta que se construyo uno de piedra, que se usa hasta la actualidad. Al hacerse accesible esta ribera del río, españoles de diversos niveles se interesaron en adquirir terrenos, hasta que en 1563 empezó una epidemia de lepra entre los esclavos africanos, motivando que un hombre piadoso llamado Antón Sánchez, construya la iglesia y hospital de leprosos de San Lázaro, en el jirón Trujillo, que fue el centro del poblado que comenzaba a crecer, con la construcción de casas con huerta. Hacia el siglo XVII se crearon nuevas calles y se vendieron terrenos, construyéndose sobre estos, edificios de uno y dos pisos para vivienda y luciendo en las fachadas, los típicos balcones de madera, algunos de los cuales se conservan hasta la fecha y son considerados monumentos históricos.

En esta época, el Virrey Marqués de Montesclaros construye el Puente de Piedra, que reemplazaría a los anteriores puentes, así como la Alameda de los Descalzos, ambos en 1610. Para el siglo XVIII, el Rímac se convierte en un lugar de solaz y esparcimiento de la sociedad colonial limeña, con el arreglo de la Alameda de los Descalzos, la construcción del Paseo de Aguas, la Plaza de Toros de Acho, todos por el Virrey Manuel de Amat, quintas de recreo con jardines como la Quinta Presa y varios conventos y templos que se van a sumar a los construidos en el siglo XVI, sin embargo, a pesar de este momento de bonanza, entre fines del siglo XIX e inicios del siglo XX, se empieza a definir el carácter popular del distrito, con la construcción de viviendas multifamiliares populares.

Cerro San Cristóbal: Ligado al igual que el río Rímac a la historia integral de la ciudad de Lima, el cerro San Cristóbal se levanta como un vigía luciendo una cruz luminosa que abre sus brazos protectores sobre los habitantes de la capital, quienes participan anualmente en una peregrinación del Vía Crucis. Actualmente luce un atractivo mirador al que se llega por una pista. Desde la cumbre se puede contemplar toda la ciudad de Lima. Cuenta con un pequeño museo, donde se pueden apreciar fotografías antiguas del lugar y representaciones de personajes como el pregonero, vendedores de chicha, etc. (Visitas al museo de martes a domingo desde 09:00 hasta 22:00). La figura del cerro San Cristóbal personifica a la ciudad de Lima.

Puente de Piedra: Puente construido en 1608 por el Arquitecto Juan del Corral para unir Lima con el Rímac, fue el único nexo entre las dos orillas del Rímac hasta el gobierno del Presidente José Balta (1868). Esta sostenido por arcas y espolones: se cree que en su construcción se utilizó argamaza de calicanto mezclada con clara de huevo de aves marinas.

Alameda de los Descalzos: Joya de la arquitectura colonial, construida en 1611 por el arquitecto Juan del Corral. En 1856 el Presidente Ramón Castilla le dio un nuevo trazo, la cercó con una verja de hierro, jarrones ornamentales de hierro inglés y 12 estatuas de mármol italiano que representan los meses del año, faroles y bancas. En su contorno se ubican las iglesias del Patrocino (1734), Santa Liberata (siglo XVIII), y el Convento de los Descalzos (siglo XV).

Museo del Convento de los Descalzos
Ubicación: Alameda de los Descalzos N° 202, Rímac.
Horario: Diario, excepto martes, de 09:30 a 13:00, y de 15:00 a 18:00
Teléfono: 481-0441

Exhibición de valiosas pinturas y artículos religiosos coloniales. La Iglesia y Convento de los Descalzos datan de fines del siglo XV.

Paseo de Aguas: Otra obra maestra de la arquitectura colonial, mandada construir por el Virrey Amat y Junyet. Sistemas de acueductos, fuentes, cascadas que debían alimentarse con las aguas del río Rímac y terminar en un gran espejo de agua, en torno al cual se construyó un paseo. En el transcurso del tiempo ha sufrido transformaciones que han variado su aspecto original.

Plaza de Acho: Coso taurino construido en 1766 por orden del Virrey Amat y Junyet con el apoyo de Hipólito Landáburu. Es la 3ª plaza más antigua del mundo y considerada entre las más bellas y famosas. Por ella han pasado los mejores toreros del mundo. Cada año se celebra en ésta la tradicional Feria Taurina del Señor de los Milagros (noviembre-diciembre), en la que se realizan corridas de toros con los mejores toreros del mundo de la actualidad, y otorga como premio «El Escapulario de Oro«.

Anexo a la Plaza de Acho se ubica el Museo Taurino, con atención de lunes a sábado de 09:00 a 14:00, y exhibe colecciones de pinturas taurinas, trajes, trofeos y fotografías sobre la historia y hechos de Acho.

Quinta de Presa – Museo del Virreinato: Casona colonial campestre de descanso, de estilo rococo, construida en 1760, y se atribuye su diseño al Virrey Amat y Junyet. Es la única en su tipo que se conserva. Declarada como Monumento Nacional.

En 1920, se convirtió en el Museo del Virreinato, en el que se exhibe colecciones de pinturas, ropa, mobiliario, y objetos del virreinato español en el Perú.