Ubicación:
Calle Santa Catalina N° 301 – Centro Histórico de Arequipa
Horarios de Visita:
Horario regular: De 9:00 a.m. a 5:00 p.m.
Temporada alta: De 8:00 a.m. a 5:00 p.m.
Martes y Jueves: De 8:00 a.m. a 8:00 p.m.
HISTORIA
El Virrey Francisco Toledo, durante su visita a Arequipa, fue informado por el Cabildo, sobre su deseo de años atrás, de fundar un monasterio de monjas. Ello lo motivó a otorgar las licencias necesarias para la fundación del «Monasterio de Monjas Privado de la Orden de Santa Catalina de Siena».
Años más tarde, Doña María de Guzmán, viuda de Diego Hernández de Mendoza, mujer hermosa, rica y joven que no tuvo hijos, decide recluirse en el monasterio en construcción, cediendo para ello todos sus bienes. El 10 de setiembre de 1579 se hace la Memoria y Capitulación de la fundación del Monasterio firmada entre el Cabildo, Justicia y Regimiento de la Ciudad y el Obispado del Cusco, entregando el Cabildo los cuatro solares propiedad de la ciudad, para su funcionamiento; nombrando a Doña María de Guzmán «primera pobladora y priora de dicho Monasterio».
El domingo 2 de octubre de 1580, se celebra una misa mayor en la ciudad y Doña María, reconocida como fundadora, toma formalmente los hábitos.
Las mujeres que ingresaron como monjas al Monasterio fueron criollas, mestizas y hasta hijas de curacas. Recién en 1964 ingresaron las primeras monjas españolas. La historia también cuenta del ingreso de «monjas pobres» y damas de la ciudad, que sin abrazar la vida religiosa, ingresaban al Monasterio para ejercitar sus virtudes.
En 1582, Arequipa soportó un fuerte terremoto, sufriendo la construcción del Monasterio graves daños. A pesar de ello se conservó la clausura. A partir de entonces, se inicia un período de sufrimiento, en el cual las propias religiosas repararon sus habitaciones. La capilla, por falta de dinero, no se pudo refaccionar » por lo cual el Santísimo Sacramento se exponía en una choza de paja».
ARQUITECTURA
Santa Catalina, se ubicó en Arequipa, ciudad fundada en 1540 en un paraje especialmente elegido por su belleza natural, su clima acogedor y que disponía de un material de construcción único: el sillar, piedra porosa de lava volcánica que ha permitido levantar una hermosa ciudad, donde ha sido posible edificar formas arquitectónicas propias, con espacios y proporciones de gran valor estético y esculpir fachadas imponentes y finos detalles decorativos, que han hecho de Arequipa un centro colonial de marcada identidad dentro de los principales centros urbanos del continente.
Su estilo arquitectónico es fundamentalmente colonial, pero de naturaleza mestiza. A diferencia de otros restos virreynales de esta parte de América Latina, en Arequipa y especialmente en Santa Catalina, se observa la fusión de elementos españoles y nativos, a tal punto que generan una creación propia.
Esta fue la causa y origen de la ciudadela existente en el Monasterio de Santa Catalina de Siena de Arequipa. Los familiares de las religiosas optaron por hacer construir celdas privadas para éstas, toda vez que el dormitorio común estaba dañado o era muy pequeño para el número cada día creciente de religiosas.
Durante casi dos siglos, en la época virreynal, los claustros y celdas del monasterio de Santa Catalina, han sufrido modificaciones, agregados y nuevas construcciones, que lo han convertido en un verdadero muestrario de la arquitectura colonial de Arequipa.
PINACOTECA
Al iniciarse la labor de restauración del Monasterio antes de su apertura, se encontró diseminada en toda su extensión una gran colección de cuadros de predominante motivo religioso, exponentes de la pintura virreynal del Perú.
Aproximadamente 400 piezas fueron restauradas o «refrescadas», para que recuperasen su aspecto original. La labor de manos expertas ha devuelto al observador de hoy, una colección de extraordinario valor artístico e histórico.
Las principales obras son expuestas en un escenario majestuoso: dos inmensas salas de alta bóveda, dispuestas en cruz, en las cuales se ha retirado el estuque, dejando las paredes en sillar. Al costado otra bóveda más pequeña completa la unidad arquitectónica dedicada al Museo.
En la Pinacoteca podemos observar una de las muestras más importantes del arte religioso del Continente. Además de una numerosa colección de obras de la llamada Escuela Cusqueña de pintura, máxima expresión de la fusión de los sentimientos y valores de dos culturas: la incaica y la española. Los artistas indios de los siglos XVI – XVIII alcanzaron extraordinaria habilidad artística y artesanal en sobresalientes obras de inspiración religiosa, famosas por la originalidad de estilo, la profundidad de la expresión y el uso de oro en su acabado.
Guarda este monasterio obras pictóricas de los diversos estilos artísticos que se desarrollaron durante el virreynato y los primeros tiempos de la república. Hay pinturas del estilo manierista llegado de Italia en los primeros tiempos: lienzos con clara influencia de la escuela española, resaltando un San Miguel Arcángel claramente zurbaranezco, y naturalmente obras de la llamada escuela cusqueña de pintura, que se desarrolló en el Perú durante los siglos XVII y XVIII.
Fuente: www.santacatalina.org.pe
- Fotos del Monasterio de Santa Catalina