«Pocas novelas pueden superar a la de la ciudadela de granito en la cima de los precipicios escarpados de Machu Picchu, la corona de la tierra de los Incas»
– HIRAM BINGHAM
Machu Picchu (Perú) es la más importante ciudad construida por los incas, en el último tercio del siglo XV. En 1983, el Santuario Histórico o Complejo Arqueológico de Machu Picchu fue declarado Patrimonio Cultural y Natural de la Humanidad, y el 7 de julio del 2007, la Ciudad Perdida de los Incas fue elegida como una de las Siete Nuevas Maravillas del Mundo Moderno, y en el transcurso de los últimos años, Machu Picchu se ha convertido en uno de los principales destinos turísticos del Perú y del mundo, cautivando a millones de visitantes, con su grandiosidad arquitectónica y la magnificencia de sus paisajes de blancos nevados y selva verde.
Esta obra maestra es la máxima representación del gran impulso del Espíritu de una cultura muy altamente desarrollada, que adoró a los Elementos y la Naturaleza, construyendo en las cumbres andinas, una Ofrenda a la Humanidad, en una especie de acto de fe, dejando bien puesto su carácter místico. Su construcción compromete a las estrellas y a toda manifestación terrestre, en la cual vive el Espíritu. Fue construida con emoción y abandonada en misterio, legando escaleras adheridas aéreamente a muros inconstantes de interminable simetría, con su arquitectura abrumadora, rodeada por una incomparable belleza natural, en la cual la armonía entre piedras talladas y el verdor exuberante de la selva, eleva el alma a la cima, para que luego descienda a los abismos, en su geografía deslumbrante, encantada y llena de incógnitas que quedaron calladas como leyendas misteriosas.
Machu Picchu es digna de cuentos y epopeyas, mientras queda oculta en los laberintos naturales de los Andes. Es un templo adoratorio a la vida que resucita al pasado, dando nueva vida a las Sacerdotisas de los templos, con sus plegarias de esperanza, así como a sabios Amautas meditando sobre la esencia de las cosas y los imponentes bosques y montañas alrededor, por cuyas entrañas ruge el río Vilcanota que, más abajo, se interna a los llanos amazónicos. Este Santuario de los incas fue una de las últimas construcciones que sirvió de refugio a Amautas (Sabios Científicos Espirituales) y Sacerdotisas que, en enigmáticas ceremonias y cultos, dejaron su huella en la Memoria Cósmica, con sus oráculos, altares de ofrendas a dioses que se fueron hace siglos, dejando como herencia a sus hijos, escalinatas de centenares de gradas, posas de purificación y relojes solares, sepulcros secretos y altares dedicados a los rayos y truenos. En fin, su construcción parece hacer parte de las primeras edades del mundo y se funde entonces con los sentidos desarrollados en su máxima comunión con los Andes. Todo está ahí, infinito y eterno.
Machu Picchu significa “Montaña Vieja”, es la combinación de dos palabras quechua (Machu = Viejo y Picchu= Montaña). Sin embargo, muchos mitos y leyendas indican que el Cerro Machu Picchu fue venerado como un lugar sagrado, en una época muy anterior a la del Estado Inca. Lo cierto es que, hoy, la antigua ciudad inca de Machu Picchu es considerada como el complejo arqueológico más importante de Sudamérica y uno de los mejores ejemplos de arquitectura sagrada, en el mundo.
A 110 km al noroeste de la ciudad del Cusco (Tres horas y media en tren), se encuentra la localidad de Aguas Calientes o pueblo de Machu Picchu, desde la cual se recorren más 8 km. (10 minutos en bus), hasta la Santuario Histórico o Complejo Arqueológico de Machu Picchu que es una impresionante ciudadela inca enclavada en una montaña. Su nombre quechua traducido al español significa “Montaña Vieja” y fue también llamada “la Ciudad Perdida de los Incas”, pues fue desconocida para Occidente hasta que fue descubierta por Hiram Bingham, en 1911. Según estimaciones, la construcción de la ciudadela inca dataría del siglo XIV y se le atribuye al Inca Pachacuteq. El conjunto arqueológico se divide en dos sectores que abarcan 20 hectáreas, aproximadamente. El Sector Agrícola presenta terrazas construidas en las laderas de las montañas y que alcanzan hasta los 4 metros de altura. El Sector Urbano está formado por diversas construcciones y plazas, entre las cuales destacan el llamado “Templo del Sol”, el “Intihuatana” ú observatorio solar, el “Templo de las Tres Ventanas”, el “Templo Principal” y el llamado “Templo del Cóndor”.
Allí, se encuentra una impresionante roca monolítica labrada, de 3 metros de alto y 7 metros de base, conocida como la “Roca Sagrada” y hoy, sabemos que para construir Machu Picchu, se utilizaron bloques de piedra extraídos de la zona aledaña. El acabado de las paredes presenta diferentes calidades y técnicas. Uno de los muros mejor logrados es la pared central del Templo Principal, en la cual los bloques encajan perfectamente. El Santuario Histórico de Machu Picchu no sólo es arqueológicamente invaluable, sino que, también está asociado a una riquísima diversidad de fauna y flora.
Es situada a 120 km. del Cusco, cobijada en una cuna montañosa bañada por el río Vilcanota y rodeada por un mágico silencio verde, lo que la convierte en uno de los monumentos arquitectónicos más bellos del mundo. También considerado como un lugar generador de energía vital, Machu Picchu (2.400 m.s.n.m.) es admirable por la solidez de su edificación, su equilibrado uso del espacio y armoniosa integración al medio natural. Los lugareños sabían de estas ruinas desde hace mucho tiempo atrás, ya que, en 1902, Juan Lizarraga había dejado una inscripción en el Templo de las Tres Ventanas, como prueba de su presencia en el lugar.
En 1911, cuando Hiram Bingham llegó al Valle del Vilcanota (Valle Sagrado de los Incas), en la enmarañada vegetación de Mandorpampa, el campesino Melchor Arteaga le confió que, muy arriba, sobre el cerro Machu Picchu, se encontraba unos importantes restos arquitectónicos y que, para alcanzarlos, habría que escalar pendientes cubiertas por una tupida vegetación. Bingham escuchó escéptico, pues sabía que innumerables mitos corrían sobre ciudades perdidas en el Perú. Pero finalmente, acabó decidiéndose e insistió en ser conducido a los restos mencionados. Ya arriba, uno de los niños de las dos familias que habitaban estos cerros, acompañó a Bingham al lugar donde yacían las impresionantes construcciones envueltas por un matorral tropical, abandonadas desde hacía siglos.
En 1914, Bingham regresó con el apoyo de la Universidad de Yale (USA) y la National Geographic Society, acompañado por diversos científicos, para estudiar más detalladamente la zona y así es que se empezó a difundir la existencia de Machu Picchu como siendo la “Ciudad Perdida de los Incas”. Se cree que la ciudad tuvo una finalidad fundamentalmente religiosa, por lo que se encontró un cementerio exclusivo de mujeres, que condujo a los arqueólogos a pensar que era un inmenso “convento” de Acllas (Mujeres jóvenes o Virgenes del Sol) y un lugar de descanso y recogimiento del Soberano Cusqueño.
En 1983, el Santuario Histórico de Machu Picchu fue declarado Patrimonio Cultural y Natural de la Humanidad por la UNESCO. El patrimonio arqueológico descubierto en Machu Picchu es conservado en la Universidad de Yale, a excepción de los objetos encontrados entre 1914 y 1915, los cuales fueron entregados al Gobierno Peruano y son de posesión del Museo Nacional en Lima.
El Distrito de Machu Picchu está situado en el sureste del Perú, en la Provincia de Urubamba – Cusco, enclavado en valles y montañas interandinos. Machu Picchu Pueblo o Aguas Calientes (Capital Distrital), se encuentra a 110 km. de la ciudad del Cusco, al pie de la montaña que abriga a la Ciudadela Inca de Machu Picchu, en las confluencias de los ríos Vilcanota, Aguas Calientes y Alccamayu (2.010 m.s.n.m.). El territorio distrital abarca varios pisos ecológicos, desde la ceja de selva, hasta la puna y el Santuario Histórico de Machu Picchu forma parte de este distrito.
En Aguas Calientes, hay múltiples servicios turísticos, entre los cuales destacan alojamientos, hostales, hoteles, restaurantes y tiendas de recuerdos que son sólo parte de la creciente diversidad de opciones puestas al alcance del visitante, junto con el servicio de Internet, cabinas de teléfonos, cafés, casas de cambio, cajeros automáticos y servicios postales. Realmente, Machu Picchu Pueblo vale la pena visitar después de haber conocido al Santuario. Para los que tienen tiempo para permanecer un día en el pueblo, las opciones de turismo alternativo son muchas. Por ejemplo, se inauguró recientemente un “Mariposario” (Reserva natural de mariposas) y está ubicado a sólo 15 minutos al píe del poblado.
El complejo arqueológico de Machu Picchu está ubicado en Perú al noroeste de la ciudad de Cusco (13º 9′ 47″ latitud sur y 72º 32′ 44″ longitud oeste), exactamente en la Provincia de Urubamba, Departamento de Cusco a una altitud de 2400 m.s.n.m (Metros sobre el nivel del mar), cobijada en una cuna montañosa bañada por el río Vilcanota y rodeada por un mágico silencio verde, lo que la convierte en uno de los monumentos arquitectónicos más bellos del mundo.
Generalmente mucha gente confunde Aguas Calientes, también llamada Machu Picchu pueblo (una localidad), con el Complejo Arqueológico de Machu Picchu (Ciudadela Inca) ubicada a 8 km de Aguas Calientes.
Con una extensión de 38.448 hectáreas, esta área, protegida por el Estado Peruano y por la UNESCO que la declaró Patrimonio Cultural de la Humanidad en 1983, el Parque Arqueológico de Machu Picchu alberga 34 conjuntos arqueológicos interconectados por una red vial de caminos incas y posee una rica variedad de especies de flora y fauna. Lo abrupto del área y su configuración ambiental permiten la existencia de nueve zonas de vida. Su altitud va de los 2.000 a 6.000 m.s.n.m. y desde áreas alto andinas y punas, hasta zonas subtropicales o de ceja de selva, con su vasta biodiversidad y la mayor riqueza natural del Santuario se encuentra en las zonas húmedas, entre los 2.000 y 3.000 m.s.n.m.
Se tienen registradas 350 especies de orquídeas, entre las cuales más destacan las siguientes: Epidendum Secumdum, más conocida como “Wiñaywayna” que significa “Siempre joven” y que es una de las plantas más populares en el ambiente. Crece al descubierto, sobre rocas o troncos musgosos, por lo que florece buena parte del año y su flor mide 2 cm. aproximadamente; Masdevallia Veitchiana o “Waqanki” que significa “Llorarás” es una de las especies más bellas, que crece entre bosque o matorral alto y ralo, en suelo rico y suelto. Está en peligro de extinción y su flor alcanza a medir hasta 14 cm. de largo; Sobraría Satigera, llamada también “Flor de un día” por su poca duración y delicadeza. Crece generalmente al descubierto o bajo muy poca sombra, en suelo suelto y algo húmedo, en un hábitat restringido y su flor mide 8 cm. Asimismo, es posible encontrar árboles como la Q´euña (Polylepis racimosa), el Pisonay (Eritrina falcata), la Muña (Minthostachys glabarescens), la Shapunga o Helecho Arborescente (Cyathea sp), mientras que las lianas y bromelias se disputan cada centímetro de las ramas y las orquídeas, musgos y líquenes se agrupan confiriendo a las ramas la apariencia de estar forradas de un abrigo verde y húmedo.
La diversidad de la fauna del santuario también es enorme, por lo que se han registrado 423 especies de aves, entre las cuales sobresalen el Gallito de las Rocas (Rupícola Peruviana), la Pava del Monte (Penélope montagni), el Pato de los Torrentes (Merganetta armata), el Cóndor (Vultur gryphus) y el Cucarachero Inca (Thryothorus eisenmanni). Entre los grandes mamíferos, se encuentra el Oso de Anteojos (Tremarctos ornatos), el Puma y el Venado Enano (Manzama chunnyi). Hay también una importante variedad de reptiles, batracios e insectos y aunque no se reporta frecuentemente, el avistamiento del majestuoso Cóndor en un vuelo de paso, es una suerte que, a veces, es posible apreciar. En conclusión, Machu Picchu alberga 2.550 especies de plantas con flores, 423 de aves, 63 de mamíferos, 16 de anfibios, 21 de reptiles y más de 77 especies de mariposas.
A 800 metros al este del pueblo de Machu Picchu (Aguas Calientes), se encuentran sus famosos baños termales, recomendables por sus propiedades curativas, reguladoras del metabolismo y de la hipertensión arterial, eficaces para la eliminación de toxinas o simplemente buenos para la relajación en un ambiente apacible. Para que Usted pueda disfrutarlos plenamente, se han implementado una infraestructura de servicios, con vestidores, duchas, guardarropa, cafetería, servicios higiénicos, así como guardianía y seguridad. Además, cuentan con piscinas y pozas a distintas temperaturas. Los baños están ubicados a 15 minutos a pie del pueblo y la atención al público es diaria, desde las 5:00 de la mañana, hasta las 9:00 de la noche. Se recomienda ir muy temprano ya que cada noche, el agua es cambiada.
El Museo de Sitio Manuel Chávez Ballón y el Jardín Botánico se ubican al pie de la ciudadela inca (Altura de Puente Ruinas) y el museo exhibe piezas de orfebrería y cerámica halladas en los últimos años, en los diferentes sitios del Santuario Histórico de Machu Picchu. La atención al público es de lunes a domingo, de 9:00 de la mañana a 4:30 de la tarde. Definitivamente, vale la pena visitar la excelente exposición gráfica de la cultura andina, que narra la historia del Santuario.
A 200 m. de Machu Picchu Pueblo, se levanta la montaña del Putucusi, desde cuya cima se domina visualmente al Cañón del Vilcanota, a la Ciudadela de Machu Picchu y a la selva hasta el horizonte. El ascenso se realiza en aproximadamente dos horas, por escaleras verticales clavadas a la roca y un camino rodeado por densa vegetación. Se trata de un lugar inmejorable para gozar de una vista panorámica única de toda la región, desde una plataforma de roca casi plana e ideal para meditación y buena energía. El acceso es gratuito, pero si Usted sufre del vértigo, es recomendable no ir, ya que su grado de dificultad es medio, pero las escaleras muy paradas son un desafío para propios y extraños